La técnica -disponible únicamente en hospitales privados- se presentaba como una promesa para mejorar el diagnóstico y evitar pruebas invasivas, como la amniocentesis o la bipsia de corión; sin embargo, aún existe un debate entre los especialistas de Obstetricia sobre cuál es el papel que debe cumplir este procedimiento en el ámbito del diagnóstico prenatal.

Una investigación publicada esta semana en la revista New England Journal of Medicine arroja un poco de luz en este sentido, aunque probablemente tampoco dará por zanjada la cuestión. Según sus datos, la técnica genética tiene un mejor valor predictivo y proporciona una tasa menor de falsos positivos que el cribado estándar que actualmente se realiza en la práctica clínica, por lo que «debería considerarse seriamente como un método primario de ‘screening'». Sin embargo, los especialistas consultados por EL MUNDO señalan que hay varios matices a tener en cuenta antes de pensar en la generalización de la técnica como patrón de diagnóstico. Uno de ellos es su coste, que asciende a 695 euros y no está cubierto por ninguna aseguradora médica en nuestro país.

«Sin duda el factor limitante es el precio», reconoce Luis Izquierdo responsable de Genética en Madrid de LABCO, la red europea de laboratorios que gestiona el test en España. Según sus datos, unas 20.000 españolas ya se han sometido al test y «en EEUU está suponiendo una auténtica revolución»…
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