Desde hace algunos días papás y mamás, están contactando con nosotros preocupados por las conductas inadecuadas que tienen sus hijos  hacia sí mismos y hacia ellos. Investigando en la raíz del problema, observamos que el motivo de alguna estas conductas pueden venir propiciadas por los celos que sienten hacia sus herman@s.

Sabemos que los niñ@s son incapaces de reconocer este sentimiento y es  importante que los adultos estemos al tanto e interpretemos sus señales para poder resolver estos sentimientos. Además, hay que procurar que los niñ@s no sientan lo preocupados que estamos y la ansiedad que nos produce esta situación porque sin querer, podemos trasmitirles nuestros sentimientos de ansiedad, por lo que no estaríamos ayudando a solventar esta etapa con naturalidad. Los celos entre hermanos, en la mayoría de las ocasiones, como acabamos de decir, es una etapa natural en su desarrollo que con amor, paciencia y comprensión, pasará.

Os dejamos unas pautas para ayudar a resolver esta etapa evolutiva:

  1. Cada hij@ es único y especial, independientemente del número de hermanos que tenga.
  2. Hay que dedicar tiempo individual y si puede ser, diario, a cada uno de los hij@s de manera justa y equilibrada, adaptándonos a las necesidades del momento evolutivo del menor e intentando mediar con los horarios de los adultos. Es mejor 5 minutos especiales que ninguno.
  3. El tiempo que le dediquemos tiene que ser vivido por el niñ@ como positivo, atractivo y agradable, dando prioridad a sus intereses personales.
  4. Habrá días en que no podamos dedicarle el tiempo suficiente, pero el pequeño tendrá que saber los motivos. Si esa falta de tiempo se compensa por alguna promesa, siempre habrá que cumplirla.
  5. Procurar no dedicar más tiempo a un hermano que a otro a no ser que haya pasado algo excepcional. Si esto ocurriera, debemos aclarar los porqués al hermano que no está recibiendo la atención.
  6. “Las comparaciones son odiosas” por lo tanto, hay que desterrarlas.
  7. Los padres han de favorecer un ambiente de cooperación entre hermanos, animándoles a que hagan actividades y juegos juntos o a que se ayuden con los deberes y las tareas domésticas, etc. En algunas ocasiones esto generará conflicto y nosotros como adultos, tendremos que aprender a lidiar con esta situación, intentando en la medida de lo posible, que el problema quede solucionado entre ellos, sin la necesidad de un adulto. ¡OJO! Los hermanos mayores no tienen la culpa de todo.
  8. Al menos una vez a la semana, la familia tiene que realizar una actividad lúdica en la que preferiblemente estén todos de acuerdo.

Como siempre, ¡hasta pronto!